Compro sueños en la esquina de mi casa. Silencios por docenas. Don Fabio sigue odiándome cada vez que me ve. Compro los sueños que sean necesarios. Compro sueños estrambóticos, bullosos, silenciosos, hambrientos, sedientos. Compro sueños en la esquina de mi casa para que don Fabio no se enoje. Para que no me vuelva a pegar.
Han estado pasando cosas tan raras en mi vida que ésta se ha convertido en una cosa extraña expuesta en algún zoológico. Yo soy un humano con ciertos rasgos simiescos, no puedo negar que soy grotesco –por no decir patético- y mi vida se ha ido convirtiendo en una jaula inmensa. Aun me sigo dando martillazos en la cabeza, debo martillarme hasta reventar. ¡Por eso! Si, por eso compro sueños en alguna esquina. El silencio no es buena compañía, sin embargo siempre ha sido mi acompañante y cohabitar con la soledad, esa soledad tan abrumadora ¡tan solitaria!. ¡Compro sueños! ¡cooooompro sueeeeeñosss! ¡Quien me los vende, quiero sueños con cosas bonitas!. Mi vida por un sueño, mi vida por otra…
No hay comentarios:
Publicar un comentario