lunes, 14 de noviembre de 2011

PAUSA ACTIVA PARA EL CEREBRO...

Una de tantas cosas que pasan por algún lugar...


Desde que yo me volé de casa, hace ya como 24 años, bueno Pepe ya tiene como 18 años o algo así, hace muchos años que no lo veo.  Me han dicho que el pelaito salió adelante y que esta trabajando como mensajero y que le esta pagando la cuota de la casa a mis viejos.  Lo que no hicimos mi hermanito y yo.  Aunque mi hermanito nada tiene que ver en este asunto, mi hermano se suicidó hace como 23 años, él era mayor que yo, me llevaba como 8 años y nos amábamos.  Yo creo que eso en parte me indujo a irme olvidando de todo.  En el velorio de mi hermanito yo no podía creer que Andresito, mi amado Andresito, mi bebe grande, mi compañía, mi único amigo se fuera sin mí.  -Andreeeeesssssss, pero por quééééééé, yo me voy con vos ¡déjate y veras!- le gritaba al ataúd, le gritaba a su cara, a esos ojos cerrados que ya no se abrirían nunca más.  Le gritaba a su cuerpo, su maldito cuerpo cómplice de que los pensamientos de Andrés se fueran para el otro lado. 

Mi hermanito se tragó un frasco completo de Baygon que tenía mi mamá para matar las cucarachas que habían en esa casa.  Esa no parecía nuestra casa, ese parecía el país de las cucarachas.  Aun recuerdo las masacres que armábamos mi hermanito y yo, recuerdo que nos poníamos a la cacería de esos animalejos y los íbamos acabando uno por uno con nuestros zapatos.  Luego cogíamos de las antenitas los cadáveres de las cucarachas y los llevábamos al patio donde las extendíamos una por una.   Ahora que pienso en eso, me acuerdo que esas hileras llenas de horror se ven a cada rato pero con seres humanos, que tristeza, yo seré muy loquita pero a mi el prójimo me duele, me duele ver como un niño en Somalia se lo come el hambre, me da rabia cuando veo que la platica se la gastan en armas y todas esas guevonadas, en vez de calmar el hambre, calmar las ganas de conocimiento, las ganas de vivir.  Aquí promocionan guerras pero no planean como salvar nuestras vidas de la miseria.  Es que aquí como usted me ve no soy una tarada del todo, yo he leído y mucho.  Estudie hasta octavo y de ahí nunca más he entrado a un salón de clases y no me interesa.  Pero, ¿quiere que le diga algo?, para uno aprender no necesita muchas veces ser un chico “pley”, la universidad de la vida le enseña y le cobra de ciertas maneras.  No es que el estudio sea malo, en mi no funciona.

Andresito, aun sueño con tus ojos abiertos, bien abiertos, tu rostro sonriente, mientras tus manos me lanzan agua, esta lloviendo y estamos en la calle, emparamados, y mi mamá en la casa sin darse cuenta que sus cachorros están por fuera de la cueva.  Andresito, tú me sigues mojando y yo también te lanzo agua, por qué….ahora mis manos están mojadas, con ellas me retiro las lágrimas de los ojos, lagrimas con nombre: Andrés.

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